El mercado exterior es el destino de 9 millones de los 10 millones de sacos producidos en el país.
El consumo de los llamados cafés especiales presenta un fuerte crecimiento en Brasil, con una evolución media anual del 15%. Sin embargo, el mercado externo ya ha notado la calidad de los productos brasileños y es el destino de 9 millones de los 10 millones de sacos producidos en el país. Las exportaciones de este producto de calidad diferenciada ya representan el 21.6% del total de los ingresos por remesas de café al exterior.
Los datos de la BSCA (Asociación Brasileña de Cafés Especiales) para 2018 indican que 1.600 millones de dólares de los ingresos totales de 7.400 millones de dólares generados por los envíos de todo tipo de café provienen de cafés especiales. Los principales destinos del producto son Estados Unidos, Europa y Japón. Corea del Sur es también un mercado considerado, donde ya existe una buena penetración de cafés especiales de Brasil, pero aún por debajo de estos otros destinos, así como China es la “bola de la rueda” para ampliar la participación de Brasil en este país asiático, que tiene un enorme potencial de expansión.
El crecimiento de las exportaciones en 2019 es prometedor. Los cálculos de Abic (Asociación Brasileña de la Industria del Café) indican que se enviaron 2,5 millones de sacos entre enero y abril, un aumento de alrededor del 43,4% en comparación con el mismo período de 2018.
Para el presidente de Abic, Ricardo Silveira, hay espacio para el crecimiento del mercado de cafés especiales en su versión tostada y molida, siempre y cuando se firmen nuevos acuerdos económicos. “Para que el país crezca con café tostado y molido, necesitamos acuerdos económicos bilaterales y la liberación de importaciones de café crudo de otros países, de manera que tengamos una mezcla adecuada para cada país importador, lo que podría hacerse por medio de la desventaja (suspensión o eliminación de impuestos). Además, hay un gran mercado por explorar, como el de Sudamérica y Asia”, dice el ejecutivo.
La exploración de nuevos mercados está en pleno desarrollo. A través de una alianza con Apex-Brasil (Agencia Brasileña de Promoción de Comercio e Inversiones – Apex-Brasil), BSCA desarrolla el proyecto “Brasil la Nación del Café”, que busca insertar el producto en países como Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos, Italia, Noruega, Nueva Zelanda, Polonia, Reino Unido, Rusia y Turquía.
Valor añadido y certificación
Durante años, regiones como Chapada Diamantina, Campo das Vertentes, Vale da Grama, Mantiqueira de Minas y, más recientemente, el norte de Paraná y las montañas de Espírito Santo, cerrado mineiro y Alta Mogiana Paulista, se han destacado por su producción de granos. Los mismos productos de alta calidad cosechados en Brasil y vendidos en el extranjero se pueden encontrar en una taza de café cerca de usted. Y con garantía.
Los que gustan de un café especial no renuncian a la calidad en detrimento del precio. Aunque cuesta, en promedio, un 50% más caro que el café normal, una taza es una experiencia diferenciada. Otro punto es que la profesionalización del sector, que también incluye los campeonatos brasileños de baristas, permite una mayor difusión de la información sobre lo que se sirve a los consumidores.
Otro punto que ha estado atrayendo la atención de los amantes de la L profunda es la certificación. Los cálculos de Abic muestran que, en promedio, todo y cualquier café certificado cuesta un 12% más cuando se compara con un café no certificado de la misma categoría. De las 3.000 marcas de café que se comercializan actualmente en Brasil (todas las calidades), el 35,7% (1.072) están certificadas.
La ausencia de certificación para cafés especiales no es sinónimo de mala calidad. Por el contrario. Actualmente, BSCA anima a los productores a adoptar técnicas de control de calidad y trazabilidad, lo que garantiza la responsabilidad socioambiental y proporciona una ventaja competitiva a los productos.
